28 marzo, 2007


Aporte de la profesora Belkys Moreno para compartir.


NOTAS SOBRE EL ORIGEN DE LOS INSECTOS Por el Dr. ALVARO JOSE NEGRETT F.



Cuando el estudioso pretende conocer el origen de cualquiera de las especies vivientes, tropieza con una embarazosa dificultad, la misma que tiempo atrás constituyó un grave problema para el pionero de la conducta animal: Charles Darwin en su obra "El Origen de las Especies"; tal dificultad fue denominada por él mismo como "la Imperfección de los Estratos Geológicos". Y en realidad, al decirse que escrita está sobre las rocas la historia del pasado biológico desde épocas anteriorísimas a la aparición del hombre sobre la tierra, solo logramos aproximarnos a la verdad, ya que si limitamos la atención y hacemos un detallado estudio sobre una sola formación "Estrato" no encontraremos en ellas series graduales ordenadas de especies fósiles; es decir, no siempre hallaremos los restos más antiguos en las capas geológicas más profundas y los más contemporáneos en los estratos más externos, como lógicamente puede suponerse, puesto que los muchos accidentes ocurridos en tantos miles de años han desordenado, locamente, la mayoría de los restos fósiles.

Los insectos como otros invertebrados se han conservado en estado fósil por una serie de acontecimientos que tuvieron como resultado su enterramiento en un medio adecuado. Es necesario un enterramiento inmediato para que se conserve todo el insecto; de otra manera el cuerpo se reblandece y caen todas sus partes, quedando muchas veces solo las alas. Estas se descomponen más lentamente y por lo tanto, pueden conservarse en condiciones menos favorables, razón por la cual muchos ejemplares de insectos fósiles consisten únicamente en las alas. Además, los insectos fósiles no se encuentran en tantos yacimientos ni localidades como la mayoría de otros artrópodos.

Se han hallado fósiles de insectos en cerca de 150 localidades de diversas partes del mundo. Entre las más importantes pueden considerarse, Commentry, en la parte central de Francia, donde fueron depositados en un lago de aguas dulces, en el período carbonífero superior, (300 millones de años aproximadamente) miles de especímenes que se encuentran más o menos bien conservados y son considerados por algunos como los insectos más antiguos que se conocen. Otro sitio de considerable importancia es la roca caliza del Elmo, en el estado de Kansas, EEUU., donde se han encontrado hasta ahora cerca de 10.000 insectos acuáticos y crutáceos, admirablemente bien conservados. La piedra caliza litográfica de Baviera y otras del mismo tipo, distribuidas principalmente en Europa, han dado material valiosísimo para los investigadores, pero ningún yacimiento supera en riqueza al maravilloso Ambar del Báltico, en las Costas de Alemania, a cuyo material me referiré más adelante por ser insectos de edad más contemporánea.

En realidad la primera constancia geológica del origen de los insectos es todavía insegura; se han encontrado unos pocos fragmentos de pequeños artrópodos en un cuarzo del período devónico (anterior del carbonífero, 300 millones de años aprox.) y un grupo de científicos los clasificó como Tisanuros, pequeños insectos sin alas de cuerpo desnudo y a menudo cubierto de escamas, sin una metamorfosis marcada, pero su verdadera identidad será dudosa hasta cuando se sepa más de ellos. Lo mismo puede decirse para otros tres fósiles del primer período carbonífero, consistentes en algunas alas encontradas en Checoslovaquia y Alemania; lo único que puede deducirse es que en aquella época existieron insectos voladores con alas perfectamente desarrolladas.

Desde el período siguiente (50 millones de años) en adelante la entomofauna es mucho mejor conocida; ésta se encuentra ya muy evolucionada y comprende diversos grupos con analogías a algunos órdenes de los insectos actuales.

Los insectos del carbonífero fueron reunidos por el paleontólogo norteamericano, Samuel Hubard, en un gran grupo que denominó "Palaeodictiopteros", el cual posee algunas samejanzas con los actuales ortópteros ( cucarachas, langostas y grillos ); estos antiguos insectos eran de tamaño mediano y hasta donde sabemos, todos los representantes tuvieron un par de lóbulos membranosos en el primer segmento torácico, considerados como indicadores del origen de las alas funcionales. Desafortunadamente no se conocen las fases metamorfósicas de ellos.

Otros contemporáneos de estas
libélulas gigantes fueron los del género "Titanophasma", de abdomen largo y delgado y de alas estrechas y membranosas, casi tan grandes como las anteriores; no se han encontrado estados metamorfósicos en ninguno de los dos grupos, pero se supone que fueron acuáticos y de metamorfosis sencilla. Como en aquel tiempo no habían aparecido todavía las aves, ni ningún vertebrado volador, quizá fueron ellos quienes dominaron el aire sin ser molestados por ningún otro animal.

Millones de años después de la aparición de los primeros insectos, cuando transcurría el período pérmico, (215 millones de años) ya se encontraban bien representados varios tipos de piojos masticadores de pocos milímetros de longitud y algunos tipos de chinches y neurópteros. Además, aparece aquí, también un extraño orden de insectos parecidos a los actuales escarabajos, con alas bien desarolladas, pero relacionados más estrechamente con los grillos, denominados "Protelytroptero" importantes por su tipo de metamorfosis completa.
Ya en la era mesozoica, la de los gigantescos reptiles , cambió marcadamente la entomofauna, y ninguno de los órdenes extinguidos subsistió después de iniciado este período. Entre los representantes insectiles de este tiempo se cuentan ciertas especies australianas emparentadas con los grillos, que poseyeron en las alas un gran aparato estridulatorio; esto constituye la primera constancia de la producción de sonido por los insectos.

Como en esta época tampoco habían aparecido los pájaros, ni otros vertebrados que produjesen los sonidos animales ordinarios, es posible que dichos insectos estridulantes y sus parientes, fueran las criaturas más ruidosas de aquellos tiempos. Ya de aquí en adelante la fauna insectil se asemeja mucho a la moderna, pero continúan apareciendo cada vez más familias. En realidad, la apariencia de esta fauna es tan moderna que si viésemos una colección de aquellos especímenes, clavados con alfilers a la manera usual, no nos parecerían muy diferentes a nuestras colecciones actuales, excepto que no habrían visitantes de las flores, como abajas y abejorros, por cuanto las plantas florales solo aparecieron en el período siguiente, el cretáceo (120 millones de años).

Aunque los insectos del terciario no contribuyen a nuestro conocimiento de la evolución de la entomofauna como los más arcaicos, nos informan sobre la distribución geográfica de las familias y los géneros, y nos permiten hacer comparaciones seguras con los géneros y especies actuales. A tal época pertenecen los numerosísimos insectos fósiles del Ambar del Báltico (hasta ahora se han colectado 150.000 especies aprox.), consistentes en diminutos sarcófagos cristalinos en cuyo interior se encuentran insectos antiquísimos en perfecto estado de conservación. El material es en sí la
resina fosilizada de una especie de pino extinguido (Pinitis succinifera), cuya distribución geográfica abarcaba extensas zonas nórdicas de Europa; muchos insectos y otros vertebrados que habitaban aquellos bosques, quedaron aprisionados en la resina de los árboles que frecuentaban; luego la resina cristalizó, cayó al suelo, se petrificó, y fue luego arrastrada por las aguas hasta las playas del mar Báltico, donde pueden hoy ser encontradas estas increibles joyas insectiles.

El Dr. Morton Weler, quien se ha dedicado al estudio de los insectos del Ambar del Báltico, ha logrado diferenciar 43 géneros de hormigas, de lo cuales 24 existen en nuestros días. Además, descubrió que los hábitos sociales de éstas eran tan organizados como los de las existentes actualmente, con sus castas, sus obreras y hasta en la asociación con los pulgones; como esto ocurrió hace 60 millones de años aprox., antes de la época de aparición de la mayor parte de las familias de mamíferos hoy existentes, es indudable que la organización social de las hormigas es muchísimo más antigua que la nuestra.
Es importante aclarar que en períodos considerablemente anteriores como el silúrico (400 millones de años aprox.), habían aparecido ya sobre la tierra varios tipos de arácnidos, siendo entre estos los más antiguos algunos escorpiones que poseen mucha analogía con los actuales. El más antiguo fue denominado "Palaeophonus", ejemplar increiblemente bien conservado y que se considera como el fosil terrestre más primitivo encontrado hasta ahora. Las arañas y los ciempiés también fueron abundantes en aquella época, y poseían el cefalotórax dividido en segmentos en vez de la masa conjunta de los actuales descendientes; pero ninguno de estos grupos puede considerarse como ancestro en el origen de los insectos, ya que forman una clase totalmente aparte de ellos.

De todos los primitivos insectos conocemos hasta hoy seis órdenes diferentes, todos ellos extinguidos hace miles de años, excepto el grupo de los blattidos (cucarachas), insectos que han persistido a través de largos períodos geológicos, sin que en ellos se note una apreciable diferencia entre las especies primitivas y las actuales; la pequeña diferencia radica principalmente en la disposición de las nervaduras de las alas y posiblemente en el tamaño de animal, pues todos los abundantísimos fósiles de cucarachas que se han encontrado son de proporciones relativamente medianas y ninguno supera en tamaño a ciertas especies actuales de nuestro trópico. Este hecho lo he verificado, hasta cierto punto, como resultado de múltiples excursiones de fósiles que he realizado en el Valle del Patia, al sur del departamento del Cauca, importante yacimiento fosilífero en Colombia, donde a menudo suelen encontrarse impresiones pétreas de cucarachas de mediano tamaño y muchos artrópodos y vegetales fósiles que fueron allí depositados por las aguas corrientes cuando todo aquel valle era una bahía del Océano Pacífico.

Puede demostrarse que tal territorio fue sin duda una entrada al mar, observando los muchos ejemplares fósiles de origen netamente marino que he colectado allí: corales, conchas, caracoles y un extraordinario cangrejo marino de estructura muy diferente a los que actualmente habitan el valle (ahora solo se encuentran pequeños cangrejos de rio).

Además, observando el paisaje circundante se dispone de otra evidencia para demostrar el origen marino del Valle de Patia: las montañas vecinas son grandes moles de rocas en las que aún se encuentran las impresiones de los distintos niveles del agua. Estos surcos en las rocas, a manera de gradas, se formaron en orden descendiente, a medida que bajaba el nivel del agua, hechos por el contínuo golpear de las olas que fueron carcomiendo los acantilados en el transcurso de miles y miles de años; luego logró desaguarse completamente por la hoz de Minamá, en el sur del Valle, la cual es un profundo cañon que divide la cordillera occidental y actualmente da paso a su través al rio Patía antes de desembocar al Oceano Pacífico.
Volviendo a nuestro caso de las cucarachas, jamás logré obtener en el Patía un ejemplar fósil tan grande como algunas cucarachas que hoy día habitan esa región, donde existen especies gigantes que sobrepasan las dos pulgadas y media de longitud.

Las cucarachas son posiblemente los insectos más ampliamente distribuidos en el globo; se han clasificado hasta ahora cerca de 3.500 especies, encontrándose en casi todos los tipos de climas existentes en la tierra.Naturalmente, no todas han adquirido hábitos domésticos y muchas especies presentan aspectos muy atractivos, como cierto tipo de cucarachita verde que habita las hojarascas y los detritos de los bosques circundantes de Manizales.

Como dato interesante, algunos yacimientos europeos de fósiles solo han mostrado
cucarachas. Entre los órdenes de insectos extinguidos, los más expectaculares fueron sin duda los "Protodonata" semejantes a las actuales libélulas, que han sido encontrados en antiguas rocas de Francia y Estados Unidos; poseían éstos un poderoso aparato masticador y sus patas estaban cubiertas de fuertes espinas. Todos estos protodonatos fueron grandes y algunos verdaderamente gigantescos, con una envergadura de 75 cms. de extremo a extremo de las alas y un cuerpo de hasta 40 cms. de largo, es decir, aproximadamente el tamaño de un gavilán.A juzgar por las semejanzas con sus actuales descendientes, estas superlibélulas debieron ser ágiles cazadoras de otros insecto, y sin duda capturaban sus presas al vuelo para luego devorarlas, mientras descansaban posadas sobre los helechos gigantes y otras plantas primitivas.

Un estudio detallado del origen de los insectos pone en evidencia ciertos cambios progresivos estructurales a través de todos los períodos geológicos; aunque todo esto es aún tema de controversia entre los investigadores, se tienen suficientes pruebas que indican los pasos importantes en la evolución de estos animales.Los estudios morfológicos de los insectos existentes prueban que sus primeros antecesores fueron ápteros, (sin alas) como los actuales Thisanura "pescaditos de plata" que se encuentran ocasionalmente en las bibliotecas y sitios sombríos. La aparición de las alas, modificación probable de aletas laterales, fue sin duda el cambio más significativo en la línea evolutiva de los insectos.

Los insectos voladores primitivos no podían flexionar las alas en posición de reposo. El segundo
paso evolutivo importante consistío en el desarrollo de una articulación que les permitió recoger las alas sobre el abdomen cuando no volaban; la adquisición de este mecanismo los hizo escurridizos y les dió facilidades para esconderse ertre las piedras, rocas y detritus vegetales.

El tercer cambio evolutivo importante consistió en lograr una metamorfosis de tipo más completo con fases de larva y ninfa. Desde entonces, no se han operado cambios de tanta importancia.

La fauna insectil de nuestros tiempos no es más que una pequeña parte del total de los que vivieron en los 350 millones de años atrás y han sobrevivido durante todo ese tiempo, sin sufrir modificaciones tan marcadas como en otros seres vivientes, pero se han adaptado maravillosamente para soportar toda la variedad de condiciones que hay sobre la tierra, y es de esperar que hayan adquirido especializaciones y adaptaciones que nosotros no entendemos completamente.El grado de desarrollode los insectos es extremadamente variable y difícil de medir por normas humanas.Es bien conocido por todos que muchas especies de hormigas, abejas y termites de tendencias sociales, muestran un alto grado de eficiencia en sus laboriosas construcciones, movidas por alguna inexplicable fuerza definida como instinto, si no es por facultades de razón e inteligencia.

Queda mucho que investigar sobre la evolución filogénica de los insectos. Si bien es cierto que la biología - auxiliada con el descubrimiento del carbono 14 - ha hecho considerables avances cronológicos. Los fósiles de tantos insectos que vivieron en períodos geológicos distantes muchos millones de años de la era humana, son testigos elocuentes de las tantas vicisitudes por las que atravezaron en medios incompatibles para cualquier otra especie animal.

Al recapacitar y reconocer la prioridad cronológica de los insectos en relación con nosotros, es decir, todo aquel largo tiempo transcurrido antes de la aparición del hombre sobre la tierra, del cual fueron testigos, es a los ojos del biólogo, en algún sentido, vergonzosa nuestra niñez en la tabla de los períodos geológicos. Bibliografía

INSECTS. Copyright 1963, Unites States- Departament of Agriculture Washinton D.C.
HISTORIA NATURAL. Geología - (Paleontología). Instituto Gallach, Sexta Edición -Barcelona.
EDUARDO HERNANDEZ PACHECO. Los fósiles y la fosilización.
LOS INSECTOS. Colección de la Naturaleza de Life en Español- Offset Multicolor, S.A. 1968 -México -D.F.

2 comentarios:

Entomologia dijo...

Texto: DARWIN PEÑA

Los insectos se encuentran en todas partes, desde el trópico hasta los polos, sobre la tierra, en el aire, y dentro del agua. Imagínate, ¡más de las tres cuartas partes de los animales conocidos son insectos!
Después de sumar y sumar, se llegó a la conclusión de que hay más de un millón de especies repartidas por todo el mundo.
Los científicos han clasificado a los insectos como artrópodos, palabra que significa "patas articuladas". Y, como los insectos son tantos, decidieron agruparlos en treinta y tres órdenes, según las características de sus miembros y órganos, que son muy variados.

Veamos cómo son; tienen cabeza (A),tórax (B) y abdomen(C), y un esqueleto exterior los cubre como si fuera una armadura.



En la cabeza se encuentran los ojos, la boca y dos antenas para oler, tocar y orientarse. Sus dos grandes ojos están formados por cientos de facetas. La boca es distinta de un insecto a otro, según la comida que prefieran; así, hay insectos de bocas masticadoras (1), lamedoras (2), chupadoras (3) y picadoras.


Debajo de la cabeza está el tórax (B) de donde nacen las alas (al) y las patas. Muchos de los insectos alados poseen dos pares de alas, pero en algunos, como en las moscas y en los escarabajos, uno de esos pares no funciona. Las alas son membranosas y muy finas; algunas tienen escamas (esc), como las de las mariposas, o pelos muy finos, como en la polilla. En cuanto a sus patas (pa), son seis y se reparten en pares.









Finalmente llegamos al abdomen (C) que se divide en varios segmentos o anillos (an). En su interior se hallan los órganos reproductores (D) y el aparato digestivo (E); algunos, como las avispas, llevan un arma muy conocida por nosotros: el aguijón.

Supongamos ahora que operas a un insecto. Al abrir su cuerpo, descubrirás que también tiene su corazoncito (CO), cuya tarea es la misma que en todos los animales: la circulación. Sin embargo, el corazón de los insectos no bombea sangre, sino hemolinfa, y este líquido puede ser incoloro, verde o rojo, según la especie.

El sistema nervioso está formado por ganglios (ga) que parecen bolitas de una cadena. Como los insectos no tienen pulmones, respiran por sus tráqueas (F), es decir, unos tubitos ramificados que llevan el oxígeno directamente a la hemolinfa. En cambio, los insectos acuáticos respiran igual que los peces: por medio de branquias.
El aparato digestivo (D-E) como el del saltamontes se compone de boca (1), mandíbulas (2), glándulas salivales (3), esófago (4), buche (5), molleja trituradora (6), estómago (7), tubos de Malpigio (8), recto (10) y ano (9).

Los insectos se reproducen con mucha facilidad. ¡Y de dos maneras, como si con una no les bastara! Algunos son ovíparos, es decir, se reproducen por huevos. Otros son ovovivíparos, que suena casi igual, pero que es distinto: el huevo se queda dentro del cuerpo de la hembra hasta que el insecto se desarrolla por completo. El número de huevos que puede poner un insecto es variable. Una mosca común, por ejemplo, llega a poner hasta novecientos.




Lo más asombroso de los insectos es el proceso de cambios que experimentan en su crecimiento: la metamorfosis (M: 1-4).


Ésta puede tardar días, e inclusive años en algunas especies. En general se desarrolla así: del huevecillo (1)




Nace una larva (2) de gran apetito. Con el tiempo, la larva va cambiando sucesivamente de piel, hasta que comienza a segregar un hilito con el que se envuelve y se adhiere a las hojas formando su capullo (3).


Por fin, el insecto sale de su "escondite" transformado en ninfa, generalmente con alas. Ya en la última fase de la metamorfosis, la ninfa se convierte en adulto (4) al tomar las características de su especie








Hay tres tipos de metamorfosis, según los cambios que sufre un insecto: directa, gradual y completa





En la directa (d), la larva nacida del huevecillo es muy semejante a lo que será el insecto adulto. Lo único que cambia en su desarrollo es la piel. En el caso de la metamorfosis gradual (g), el cambio más importante sobreviene después de pasar por el estado de ninfa; las libélulas, por ejemplo, cuando son ninfas todavía no tienen alas pues las adquieren en su estado adulto.

Y la metamorfosis completa (M: 1-4, véase antes) es aquélla por la cual el insecto cambia todos sus órganos y su aspecto, como ocurre con las mariposas y los escarabajos; así, de una insignificante larva que se pasea por una hojita, puede surgir una mariposa llena de colores.
¿Tendrán los pequeños insectos alguna defensa para sobrevivivr en un mundo de seres más grandes que ellos? Claro que sí, y muchas por cierto.
Algunos adaptan su forma o cambian de color para confundirse entre las hojas o los troncos de los árboles.



También hay insectos que muerden al ser atacados, y otros que emplean sus aguijones, como las abejas.
Las hormigas rojas, si se las molesta, arrojan un ácido que irrita la piel de su enemigo


Se podría decir que los insectos comen de todo: jugo de las hojas, frutas, granos, larvas de otros insectos, carne, materia en descomposición, basura o madera.
También existen insectos parásitos, ¡muy peligrosos!, que se alimentan de la sangre que chupan de los animales y del hombre, como las chinches y los piojos, que a menudo son portadores de graves enfermedades. Ciertas moscas inoculan sus huevos bajo la piel de las personas, y sus larvas se alimentan de la sangre y la piel.


El apetito de algunos insectos no tiene límites, como el piojo de los libros. Una colonia de estos pequeños "hambrientos de cultura" puede almorzarse una biblioteca en un dos por tres. Y ya te deben haber platicado de las marabuntas, las temibles hormigas de África y del Amazonas; un "regimiento" de ellas es capaz de devorar un caballo vivo. Larvas, como las del "escarabajo de San Juan", se pasan tres años debajo de la tierra antes de convertirse en ninfas, y se dan verdaderos atracones de hongos y raíces.




Como puedes apreciar, el mundo de los insectos da para todo. Hay insectos que son útiles para el hombre y otros decididamente dañinos. Nos prestan sus buenos servicios: la abeja con su miel, las larvas de ciertas mariposas con su seda (S), las mariquitas que destruyen a los pulgones asoladores de cosechas y tantos otros.




Además, la mayoría de los insectos contribuyen al equilibrio y desarrollo de la naturaleza.
Algunos participan en la polinización de las plantas (P),
otros nos sirven de alimento, como los gusanos del maguey, los chapulines y los famosos "jumiles".
Nuestros antepasados aprovecharon ciertas sustancias que secretan algunos insectos. Tal es el caso del "aje" o "axin", insecto muy pequeño que produce un jugo grasoso.
Con él se preparaban barnices para colorear jícaras y objetos de madera.
Lo mismo sucedía con la "cochinilla del nopal", sólo que a ésta se la utilizaba para teñir telas.
Las moscas, las chinches, las pulgas, la langosta, son enemigos declarados del hombre. ¿Has oído hablar de la mosca tse-tsé? Pues ella es portadora de la enfermedad del sueño. Muchos insectos, convertidos en plagas, dañan la naturaleza. Muy temido es el escarabajo de la harina que, si no se lo controla, nos puede dejar sin trigo. Para combatir esta clase de insectos dañinos, el hombre ha inventado los insecticidas. Pero los insecticidas, que fueron mortales para algunas especies, hoy sólo les causan estornudos, de manera que desde hace unos años se intenta controlar las plagas con otros insectos que se alimentan de estos insectos dañinos.

Entomologia dijo...

darwin peña:

muchachos la pagina web de la publicacion anterior es:

http://biblioteca.redescolar.ilce.edu.mx/sites/colibri/cuentos/insectos/htm/sec_2.htm